Volver a infectarse de COVID-19 luego de la vacuna

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Volver a infectarse de COVID-19 luego de la vacuna

Photo by CDC on Unsplash 

Enfermar de COVID-19, luego de la vacunación, es posible pero muy poco probable

Los casos de infección, luego de recibir la vacuna, son infrecuentes pero constituyen un claro recordatorio de que las personas vacunadas deben usar mascarillas mientras el virus continúa circulando de manera amplia entre la población.

Más de dos meses después de estar completamente vacunado contra la COVID-19, un médico en Nueva York se despertó con dolor de cabeza y una sensación pesada y sombría de cansancio. Pronto también experimentó fiebre y escalofríos, y sus sentidos del gusto y del olfato comenzaron a desaparecer.

Esto, pensó, no puede estar pasando, pero sí: dio positivo por coronavirus.

“Fue una enorme conmoción”, dijo. Sabía que ninguna vacuna es perfecta y que las inyecciones de la Pfizer-BioNTech que recibió habían sido eficaces en un 95 por ciento en un ensayo clínico a gran escala. “Pero, de alguna manera, en mi mente, era del 100 por ciento”, dijo.

El médico, quien solicitó mantener su anonimato para proteger su privacidad, está entre los pocos casos reportados de personas que se han infectado después de ser parcial o incluso completamente vacunadas. Casi 83 millones de estadounidenses han recibido al menos una dosis de alguna vacuna contra la COVID-19 y no queda claro cuántos de ellos tendrán una infección posvacunación, aunque dos nuevos informes indican que el número es muy pequeño.

Un estudio descubrió que solo cuatro de 8121 empleados completamente vacunados en el Centro Médico de la Universidad de Texas Southwestern en Dallas se infectaron. Otro halló que solo siete de 14.990 trabajadores en UC San Diego Salud y en la Facultad de Medicina David Geffen de la Universidad de California, campus Los Ángeles, dieron positivo dos o más semanas después de recibir la segunda dosis de las vacunas de Pfizer-BioNTech o Moderna. Ambos informes, publicados el martes en el New England Journal of Medicine, muestran cuán bien funcionan las vacunas en el mundo real y durante un periodo de transmisión intensa.

Aunque estos casos de infección posvacunación son muy raros, constituyen un recordatorio preciso de que las personas vacunadas no son invencibles, especialmente cuando el virus continúa circulando de manera extendida.

“Sentimos que estos datos no deben conducir a que las personas digan: ‘Vamos a vacunarnos y podremos dejar de usar cubrebocas’”, dijo Francesca J. Torriani, una médica especializada en enfermedades infecciosas en UC San Diego Salud que lideró el estudio en California. “Estas medidas tienen que continuar hasta que un gran segmento de la población haya sido vacunado”.

Solo algunos de los trabajadores de la salud que dieron positivo por COVID-19 en el estudio de California presentaron síntomas, dijo, y estos tendieron a ser leves, lo que indica que las vacunas los protegieron. Eso hace eco a datos de los ensayos clínicos de la vacuna que indican que las infecciones posvacunación fueron leves y no ameritaron hospitalización. Algunas personas no tuvieron ningún síntoma y solo se descubrió a través de pruebas para estudios o como parte de su atención médica.

Por ejemplo, médicos en la Universidad de Carolina del Norte descubrieron algunos casos asintomáticos en pacientes vacunados a los que realizaron pruebas para detectar el coronavirus antes de una intervención quirúrgica u otros procedimientos médicos, según David Wohl, el director médico de la clínica de vacunación de ese centro.

Mencionó que la ausencia de síntomas puede haber significado que la vacuna estaba haciendo exactamente lo que se supone que debe hacer: evitar que la gente se enferme, incluso si no bloquea por completo que el virus la infecte.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) de Estados Unidos tienen un pequeño equipo que estudia los casos de infección posvacunación, dijo Kristen Nordlund, una vocera de la agencia. Un aspecto que los investigadores están considerando es si las variantes particulares del coronavirus podrían desempeñar un papel en los casos de infección posterior a la vacunación.

“Actualmente, no existe evidencia de que la COVID-19 después de la vacunación esté ocurriendo debido a cambios en el virus”, dijo Nordlund.

En los próximos meses, se espera que Pfizer y Moderna den a conocer los datos que deben indicar con qué frecuencia las personas vacunadas se infectan con el virus, incluso si no tienen síntomas. Las compañías han hecho pruebas a participantes en sus ensayos clínicos en búsqueda de anticuerpos a una proteína llamada N que es parte del coronavirus, pero no parte de la vacuna. El hallazgo de esos anticuerpos significa que una persona vacunada ha sido infectada por el virus. Algunos voluntarios de los estudios también son sometidos, de manera regular, a un hisopado con el fin de detectar si tienen una infección viral activa.

Otra pregunta es cuán efectivas son las vacunas en personas cuyos sistemas inmunitarios se han debilitado por enfermedades o medicamentos, dijo William Schaffner, experto en enfermedades infecciosas de la Universidad de Vanderbilt. Los casos de contagios luego de la vacunación pueden ocurrir en esas personas porque sus cuerpos no pueden producir una reacción sólida a una vacuna.

“Y es asombroso cuán generalizada es la inmunodepresión”, dijo Schaffner. Definió a esa condición como “un testimonio de la medicina moderna”, porque muchos pacientes que la padecen están siendo tratados con éxito por afecciones que hasta hace poco los habrían matado.

El médico que se enfermó en Nueva York, a pesar de haber completado su vacunación, permaneció aislado en su casa durante casi dos semanas. Describió su enfermedad como relativamente leve y dijo que fue tratado con anticuerpos monoclonales para combatir el virus. “Si la peor gripe es un 10, esta fue un cuatro”, dijo.

Cree que, sin la vacuna, se habría enfermado mucho más.

“Habría temido por mi vida”, dijo. “Pero no tuve ni un momento de ansiedad. No pensé que me iba a morir. Pensar que no vas a morir es algo muy importante”.

Fuente:
nytimes.com

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