¿Qué es la esclerosis múltiple?
La esclerosis múltiple (EM) es una patología autoinmune, de carácter progresivo, que afecta al sistema nervioso central, donde los nervios sanos del cerebro y la médula espinal son afectados en grado variable, debido a que el cuerpo ataca la mielina. Esto ocasiona problemas de comunicación entre el cerebro y el organismo, con la consiguiente pérdida de la motricidad, capacidades cognitivas e incapacidad.
Según estimaciones de la la National Multiple Sclerosis Society, la esclerosis múltiple afecta a más de 2,3 millones de personas en todo el mundo.
En México se estima que entre 11 y 20 de cada 100,000 personas padecen de EM, cuya mayor repercusión se da entre mujeres de entre 20 y 40 años, con serias implicancias en su vida productiva y económica.
Signos y síntomas tempranos de la esclérosis múltiple
La EM es difícil de diagnosticar, porque muchos síntomas son inespecíficos y se pueden confundir con los de otras enfermedades. La sintomatología de la esclerosis múltiple (EM) varían ampliamente, ya que pueden presentarse como cuadros leves o en formas debilitantes.
Puede ocasionar fatiga, cambios emocionales, mareos, parestesia, alteraciones de la visión, pérdida de movilidad y parálisis. La mayoría de los pacientes con EM experimentan alguna manifestación de la enfermedad a la edad de 20 ó 30 años .
Algunas de las alteraciones precoces más comunes incluyen:
Alteraciones de la visión
La inflamación nerviosa afecta la visión cuando compromete los nervios ópticos.
Las posibles alteraciones en la visión incluyen:
- Visión borrosa.
- Visión doble.
- Distorsión en la percepción de los colores rojo-verde.
- Distintos grados de ceguera
- Dolor ocular al mirar hacia arriba o lateralmente.
Fatiga y debilidad
La mayoría de las personas con EM experimentan fatiga crónica, prolongada y debilidad, debido al daño de los nervios vertebrales.
La debilidad afecta primeramente a las piernas; posteriormente se extiende a otras partes del cuerpo. Este síntoma puede aparecer con duración variable de varias semanas y luego desaparecer.
Parestesia
La parestesia es unos de los signos de alerta temprana comunes de la EM. Estos síntomas ocurren con mayor frecuencia en los brazos, cara, dedos y piernas.
En un comienzo, esta sensación puede ser leve, pero según transcurre el tiempo puede agravarse. Si bien la mayoría de las veces, no llega a ser incapacitante, presenta períodos de aparición variable y remite sin necesidad de tratamiento.
Dolor y espasmos
Hasta 2/3 de los pacientes con EM reportan dolor en distintas partes del cuerpo, relacionado con los nervios que se ven afectados, pudiendo presentarse por períodos breves o prolongados.
Ejemplos de dolores agudos incluyen:
- Neuralgia del trigémino.
- Dolor neuropático de ubicación variable.
- Sensación de descarga eléctrica desde la parte posterior de la cabeza hasta la columna vertebral (signo de Lhermitte).
Por su parte, el dolor crónico causa sensación de ardor, dolor o «pinchazos de agujas», además de experimentar de manera común espasmos musculares.
Mareos y pérdida del equilibrio
Son síntomas que pueden afectar a muchas personas con EM. Pueden sentir debilidad, mareos y náuseas asociadas. Estos síntomas pueden ocasionar pérdidas en el equilibrio, torpeza o dificultades para caminar. Con menos frecuencia, las personas con EM experimentan vértigo, cuando las lesiones afectan las partes del cerebro que mantienen el equilibrio.
Disfunciones vesicales e intestinales
Es común en la mayoría de los pacientes con EM que experimenten algún grado de disfunción vesical, cuando las lesiones nerviosas comprometen aquellas ramas que controlan la vejiga y la función urinaria.
Los síntomas típicamente incluyen:
- Polaquiuria.
- Urgencia miccional.
- Retención urinaria.
- Nicturia.
- Incontinencia urinaria.
- Dificultad para vaciar completamente la vejiga.
Los problemas intestinales son menos comunes que los problemas de vejiga en personas con EM, aunque algunos experimentan diarrea, estreñimiento o pérdida del control intestinal, al verse afectada la inervación de los esfínteres.
Problemas sexuales
El daño de los nervios que inervan la zona genital hace que algunas personas con EM noten cambios en sus niveles de deseo, actividad sexual y capacidad para experimentar orgasmos; sumado a otra sintomatología, como la fatiga y el dolor, que inciden notablemente en la sexualidad de los pacientes.
Fluctaciones cognitivas y emocionales
Se ha observado que la mitad de todas las personas con EM notarán cambios cognitivos que afectarán su capacidad de concentración, razonamiento abstracto, memoria, capacidad para resolver problemas, así como la velocidad para procesar la información.
Las alteraciones emocionales también son manifestaciones comunes de esta patología, como la depresión , estrés y ansiedad .
Otros síntomas
Además existen otros síntomas que afectan a las personas con EM que incluyen:
- Disnea.
- Cefalea.
- Hipoacusia.
- Prurito.
- Convulsiones.
- Disartria.
- Temblores.
- Disfagia.
- Ataxia.
Factores de riesgo
Si bien se desconoce las causas de este ataque dirigido contra la mielina, se ha visto que existen ciertos factores de riesgo que pueden aumentar la posibilidad de desarrollar EM:
- Tener antecedentes familiares de EM o padecer de otras enfermedades autoinmunes, como la enfermedades tiroídeas o la diabetes tipo 1, tienen un riesgo ligeramente mayor de desarrollar EM, pues se ha podido observar que una persona promedio tiene un 0,1% de probabilidad de desarrollar EM, pero en el caso que familiar cercano la padezca, esta probabilidad aumenta a un 2,5 a 5,0%.
- Algunas infecciones, como las ocasionadas por ciertos virus- como el de Epstein-Barr- pueden influir en la aparición de la EM.
- Ser fumador.
- La edad, pues afecta especialmente a personas jóvenes, que tienen entre 20 y 30 años, si bien la EM puede afectar a cualquier grupo etario.
- Ser caucásico, especialmente aquellos con ascendencia del norte de Europa.
- Vivir en climas templados.
- Ser de sexo femenino, pues esta patología afecta al menos al doble de mujeres que de hombres.
Cuándo acudir a un médico
Cualquier persona con síntomas tempranos de EM debe consultar a un médico a la brevedad posible, ya que el daño al SNC puede ocurrir incluso antes de que una persona experimente los primeros síntomas, por lo que un diagnóstico y tratamiento tempranos pueden brindar un buen control de la enfermedad y retrasar su progresión, brindando de este modo una mejor calidad de vida del paciente.
Muchos tratamientos de la esclerosis múltiple alivian los síntomas, como el dolor, la fatiga y las disfunciones vesicales.
La intervención terapéutica temprana ofrece la mejor oportunidad contra la discapacidad a largo plazo. Por lo tanto, un aspecto clave para lograr un buen manejo del paciente es reconocer los síntomas iniciales de la EM por parte del propio afectado y buscar atención médica especializada de manera inmediata.